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El restaurante Candy Bar, que abrió sus puertas en Zona Romántica en enero de 2021, ha vendido y cerrado sus puertas el domingo 1 de mayo de 2021.
El bar/restaurante anunció el cierre en su página de Facebook diciendo: «¡Candy Bar empezó con el cura quejándose y hoy cerraremos después de haber sido vendidos al «verdadero gobierno»! ¡Fue una explosión y un montón de trabajo duro! El comprador nos trató mejor que el cura. Estamos muy agradecidos a todos los que creyeron en nosotros y nos ayudaron. ¡Nos vemos en el camino! ¡Muchas gracias a mis socios y empleados! Mejores cosas están por venir!!!»
El edificio donde funcionaba Candy Bar está ubicado en Lázaro Cárdenas 388, en el antiguo espacio de La Hacienda De Carlota. Un enorme proyecto de remodelación lo había transformado en una zona divertida y colorida que refleja el nombre.
Poco después de abrir, el párroco Esteban Salazar, que está al frente de la iglesia católica situada frente al restaurante Candy Bar, intentó organizar un movimiento comunitario para cerrar el bar, alegando que estaba demasiado cerca de su iglesia -citando una ordenanza local que no permitía un bar a menos de 200 metros de una iglesia-, a pesar de que La Hacienda De Carlota también servía alcohol y tenía música. Pero de lo que Salazar nunca habló en los medios fue del hecho de que el bar estaba exento de la norma de los 200 metros, por estar situado en la zona turística de Puerto Vallarta.
El Ayuntamiento de Puerto Vallarta se había mantenido firme en que Candy Bar estaba en su derecho y había expedido correctamente todos los permisos pertinentes. Salazar se alineó con los medios de comunicación locales españoles para tratar de impulsar su caso, pero el bar siguió abierto. Siguió llamando a los códigos y los inspectores le visitaban con regularidad, pero el bar siguió abierto porque cumplía todas las normativas municipales.
Y según el bar, Salazar también enviaba a una mujer en ocasiones regulares a comer, hacer fotos e intentar encontrar infracciones.
«La gente también pasaba junto al portero y le decía las cosas discriminatorias más viles. Sorprendentemente, la mayoría eran «señoras cristianas» mayores», cuenta uno de los empleados del bar.
Al parecer, según la publicación de Facebook, podría reabrirse un nuevo bar de los mismos propietarios en otra parte de la ciudad.
Aún no se ha anunciado qué ocurrirá con la propiedad en ese lugar, pero es un punto caliente para nuevos desarrollos y edificios de condominios.
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