Ser LGBTQ no te convierte en un aliado automático de las mujeres

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Hoy es el Día Internacional de la Mujer y existe la falsa idea de que hay que ‘festejarlo’. No señor, este no es un día para celebrar. Este día es para recordarnos la importancia de la mujer en el mundo y su aporte, pero más que nada es recordar sus derechos como personas, recordar cuantas son violadas todos los días y mueren de abuso. Por eso este día es para que los hombres reflexionemos y aprendamos a respetar, comprender y empezar a saber ser ALIADOS.

Tenemos la falsa creencia de que ser una persona LGBTQ te convierte en un aliado de inmediato y no es así, son dos términos que no suelen juntarse.

En cuanto a la diversidad sexual, decimos que un aliado es aquella persona heterosexual y/o cisgénero que cree en la no discriminación, la equidad y la inclusión. Es aquella persona que suele conocer de primera mano a alguien LGBTQ y ha podido compartir experiencias, escuchar historias, observar de cerca la vida de esa persona que por su condición u orientación sexual es catalogada como “diferente”.

Con estas experiencias de vida paralelas puede entender mejor las situaciones por las que estamos pasando y cuando tiene la oportunidad de hacer algo por otra persona LGBTQ, lo hace.

Estos aliados corren el riesgo de ser tildados de lesbianas o gays de armario, tradicionalmente así ha sido.

Ser aliado implica responsabilidad, no es un título que se quede para siempre por un hecho aislado. Hay que trabajarlo a diario, hay que educarse, expresarse correctamente, dar voz a los que aún deciden no tenerla , llamar la atención sobre temas importantes, actuar en grupo, generar confianza y espacios seguros.

En el mejor de los casos, un aliado es aquella persona que alza la voz cuando presencia alguna injusticia, un acto de homofobia, acoso, o escucha referencias discriminatorias hacia otra persona.

Para nosotras y nosotros en general es difícil salir del armario sobre nuestra orientación sexual o condición de género. Ser visible sobre este tema en el 100% de nuestra vida puede llevar muchos años y consumir mucha energía. Y para la mayoría de las personas LGBTQ, hacer frente a la vida cotidiana es un desafío en sí mismo.

Y por eso, no todas las personas LGBTQ son aliadas de las mujeres. Nadie nace sabiendo todo y tener una mera orientación sexual no te convierte en un experto en la materia, social, política o profesionalmente hablando. Queda mucho camino por recorrer y mucha conciencia que llevar a todos los espacios.

«No tienes que ser la causa para defender la causa».

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