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Podría decirse que Gene Mendosa corrió y sudó más que cualquiera de las reinas que participaron en el Drag Derby de este año.
El evento anual es uno de los momentos culminantes del Vallarta Pride, un acto para recaudar fondos y crear comunidad presentado por la Asociación de Vecinos de Amapas. También es una idea original de Tom Swale, el presidente de la asociación que falleció a finales de mayo, y, como voluntario, Gene se esforzó visiblemente por garantizar que el evento se desarrollara sin contratiempos, al igual que había hecho Tom. Su compromiso aquel día es quizá la mayor prueba de la influencia de Tom en esta comunidad.
Hace seis años, hubo que convencer a Gene para que se uniera a la Asociación de Vecinos de Amapas. Como propietario del restaurante Fusion Gourmet, era un candidato obvio.
«Era reacio a entrar en la asociación porque sé que es mucho trabajo», dice, «y no puedes tener contenta a la gente. Algunos se van a enfadar contigo por alguna razón. No todo el mundo puede salirse con la suya».
Atribuye a Tom el mérito de haber revitalizado él solo una organización moribunda y de haber despertado en él el interés y la energía necesarios para apoyar mejor a la comunidad.
«En primer lugar, cambió toda la mecánica de la asociación de vecinos, porque antes era como un club», dijo. «La convirtió en una asociación muy destacada en la ciudad. Tenemos línea directa con el alcalde, el jefe de policía. Cualquier cosa que ocurra, ahora el gobierno local nos escucha, y se debe a los seis años de relación con ellos. Hicimos de todo, desde comprar un coche de policía cuando no había ninguno, nuevas calles, nuevo alumbrado. Al mismo tiempo, el activismo impidió que algunos promotores construyeran estas monstruosidades, y tuvimos éxito. Podrían haber tenido doce pisos en lugar de cinco o seis. Tom fue fundamental en todo esto. Fue el motor de la asociación de vecinos. Nos hizo trabajar muy, muy duro».
«A veces tengo más trabajo para la asociación que para mi negocio», añade. «Tom vino con toda esa energía. Era un gran líder».
En pocos y productivos años, el barrio de Amapas ha crecido y los resultados lo demuestran. Según Mendosa, la vigilancia policial era un problema aquí. Los robos y atracos eran habituales y la mayor presión de la asociación creó una presencia más visible de las fuerzas del orden. E incluso la relación entre la policía y los visitantes de la zona evolucionó. «Trabajamos con la ciudad», explica, «porque la policía acosaba a muchos turistas, les sacaba dinero. Y pusimos fin a eso. Eso ha disminuido mucho».
La asociación, bajo la dirección de Tom, volvió a cablear los postes de luz de la carretera 200 y el año pasado invirtió en la construcción de una acera a lo largo de esa transitada carretera. En la calle Pulpito han comenzado las obras de ensanche y remodelación de la calle, que incluyen el soterramiento de todos los servicios públicos (líneas telefónicas y eléctricas). La asociación ha colaborado con el ayuntamiento para tapar los baches de la zona y reconstruir una escalera en mal estado que lleva de la autopista a la playa, cerca de Mantamar.
El interés de Tom por la Asociación de Vecinos de Amapas, según Gene, surgió después de que él y su compañero Carl fueran atracados a punta de pistola en su casa poco después de mudarse a Vallarta. Los dos habían ido a Costco ese día y les siguieron hasta casa. Colaboraron con la policía para identificar a los autores y finalmente recuperaron todo lo robado. La pareja se propuso trabajar en la comunidad para que situaciones como aquella no volvieran a repetirse.
«Era un gran ejemplo de cómo devolver algo a la comunidad en la que has elegido vivir», afirmó Julie Guerrero, agente inmobiliaria y copropietaria del restaurante No Way Jose.
«Le observaba», añade, «cómo era capaz de crear un grupo cohesionado entre personas que llevaban viviendo aquí mucho más tiempo que él, y de mantener a la gente centrada en el objetivo. Eso es algo que siempre me llamó la atención de él. No es personal. Las cosas aquí pueden volverse muy personales, rápidamente. Con Tom, siempre se trataba de centrarse en lo que había que hacer. Era exactamente lo que Vallarta necesitaba en el momento en que estaba aquí, haciendo lo que hacía».
Tracy Parks, propietaria del cabaret y piano bar Incanto, está de acuerdo. «Tenía una manera de conseguir que la gente hiciera lo que él necesitaba que hicieran sin que se convirtiera en una gran lucha. La gente acudía de verdad cuando convocaba una reunión».
«Cuando celebraba las reuniones de la Asociación de Vecinos de Amapas aquí, en Incanto, había unas 80 personas. Y él corría por la sala, respondiendo a las preguntas, y diciendo ‘Tengo que asegurarme de que llego a vosotros’, porque todo el mundo tenía una opinión diferente y él no hablaba. Estaba escuchando. Casi todo el tiempo. Y sabía cómo sacar el talento de una persona. Sabía descubrir en qué era buena cada persona y hacer que brillara, en lugar de limitarse a decir: ‘Necesito que hagas esto'».
Gene Mendosa percibió en Tom un respeto que desembocó en una amistad. «Siempre sentí que era más como un hermano mayor, una figura paterna, pero al mismo tiempo nos relajábamos, nos tomábamos una margarita y hablábamos de con quién estaba saliendo o de lo que estaba pasando, de lo que hacíamos cuando éramos jóvenes, simplemente nos reíamos de ello».
«Era una gran combinación entre un jefe, un líder, un amigo, un familiar que siempre estaba ahí para ti, y siempre te cubría las espaldas y por eso tanta gente le echa de menos y tanta gente lamenta que se haya ido».
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