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Algunas veces puedes percibir una bella historia en la vida de un desconocido. La puedes ver en sus ojos. Otras veces tienes que escarbar un poco más, y como una mina de piedras preciosas, lentamente su majestuosidad comenzara a brillar.
Daniel es un mesero del bar Margaritas Cantina en la Zona Romántica, uno de los bares más populares en el área gay sobre Lázaro Cárdenas. Su gorra, cuerpo fornido y su naturaleza relajada y coqueta lo distinguen de los demás. Pero debajo de todo, había una belleza más allá de la que percibimos con la mirada.
La interacción sucedió por casualidad mientras el editor de esta revista y yo estábamos debatiendo sobre entrevistar a meseros y bartenders. Estábamos en un bar junto a Las Margaritas. “Vamos a preguntarles qué les apasiona, algo que no puedas darte cuenta cuando te atienden” dije, muy emocionado. Un par de tragos y me emociono mucho.
Daniel iba pasando en ese momento por la banqueta, y le hablé para hacerle una simple pregunta.
“Que haces en tus tiempo libre?” pregunte. “Me gusta jugar futbol y recolectar juguetes,” respondió.
Su respuesta me causó sorpresa y curiosidad. El creció con un cierto nivel de escases, comentó y alejó la mirada por un buen rato como procesándolo o reviviéndolo. Luego regresó la mirada, casi sintiéndose culpable y se corrigió a sí mismo. “No puedo decir que tanta escases, no era como que andaba con una mano adelante y una atrás”. Él era de los que veía el vaso medio lleno, pensé. Esto lo inspiró a empezar a recolectar juguetes y entregarlos en los vecindarios más pobres de la ciudad y en las afueras de la ciudad. Comenzó el año pasado para el Día del Niño. “Estaba trabajando, no tenía clientes en ese momento, y tenía el tiempo de pensar y de repente ‘Click.’” Re-actuó ese momento y se rio.
Ya con un objetivo en mente comenzó a platicar con amigos y clientes y uso su Facebook para pedir donaciones. Para el Día del Nino ya había juntado cientos de juguetes para regalar. ”La gente respondió muy bien la primera vez”. La segunda vez fue para Navidad y la tercera para el Día de los Reyes Magos. También repartió despensas el Día de las Madres con dinero de donaciones que le había sobrado.
Cuando le pregunté cuántos juguetes había juntado la última vez respondió inmediatamente “900”. Su respuesta acompañada con evidente orgullo y alegría.
A este punto veía mucho más que unos ojos bonitos. Vi a un ser humano compasivo y noble. Y lo habíamos tenido ahí todo este tiempo, justo en frente de todos nosotros, sirviéndonos tragos y haciéndonos bailar. En ese momento me sentí avergonzado de mí mismo. Me acaba de tomar de 2 o 5 cervezas. Lo equivalente a 2 juguetes.
Esa noche regrese a casa inspirado. Fascinado con la historia de Daniel, me pregunté, “Qué estoy haciendo yo por mi comunidad?” Te debes de estar haciendo la misma pregunta.
Daniel es la fuente principal de ingreso de su casa. Vive con su mamá y dos hermanas. Quiere recolectar más de 900 juguetes para el 30 de Abril así es que si quieres contribuir, ve a Margaritas Cantina y lleva un juguete o una donación.
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