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Algunas tormentas repentinas y poderosas desencadenaron inundaciones generalizadas la semana pasada – el martes y el jueves – en todo Puerto Vallarta, convirtiendo las principales vías en ríos, sumergiendo vehículos, provocando la caída de árboles anegados y desencadenando un deslizamiento de tierra que bloqueó temporalmente un túnel clave.
La tormenta tropical Erick trajo fuertes precipitaciones y rayos significativos, sobrepasando rápidamente los sistemas de drenaje de la ciudad. Barrios como Francisco Villa, Fluvial Vallarta, Las Glorias y Versalles se encontraron entre los más afectados, con residentes y negocios lidiando con niveles de agua crecientes que alcanzaron varios pies en algunas áreas. Videos e imágenes ampliamente compartidos en medios de comunicación locales y plataformas de redes sociales, incluyendo NoticiasPV y Reporte Diario Vallarta, mostraron automóviles casi sumergidos y calles transformadas en vías fluviales.
El tráfico se paralizó en gran parte de la ciudad mientras los conductores navegaban por carreteras intransitables o abandonaban sus vehículos. Uno de los impactos más significativos ocurrió cerca del túnel El Conchi, donde un deslizamiento de tierra arrastró tierra y escombros, bloqueando efectivamente el paso.
Las autoridades emitieron advertencias urgentes a residentes y visitantes, instando a la extrema precaución y aconsejando evitar viajes innecesarios. Los meteorólogos de METEOROMEX han pronosticado lluvias continuas para la región, sugiriendo la posibilidad de más complicaciones si el terreno saturado no pudiera absorber precipitaciones adicionales.
Aunque Puerto Vallarta está acostumbrado a las lluvias estacionales, la ferocidad y el volumen de agua de la tormenta del jueves tomó a muchos por sorpresa. Más allá de las inundaciones inmediatas en las calles, algunos informes de Vallarta Daily indicaron cortes de energía dispersos en toda la ciudad mientras la infraestructura se esforzaba bajo el impacto de la tormenta.
Los residentes compartieron actualizaciones y advertencias en tiempo real en las redes sociales, destacando áreas particularmente peligrosas y ofreciendo asistencia donde fuera posible. Se espera que el esfuerzo de limpieza sea sustancial, con trabajadores municipales y residentes enfrentando la tarea de despejar el lodo, los escombros y las aguas de inundación una vez que las lluvias disminuyan.
A partir del viernes por la mañana, el peligro inmediato parecía haber pasado, pero las secuelas dejaron una marca visible en la infraestructura de la ciudad y en las rutinas de sus habitantes.
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