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Cuando Philip Manly, propietario de Vallarta Yacht Rentals, nos invitó a mi colega Max Buendía y a mí a experimentar su crucero al atardecer a bordo de su yate «Escándalo», no pudimos resistirnos. Como auténtico vallartense y amante de la playa, pensé que sería una oportunidad perfecta para cambiar mi perspectiva sobre uno de mis hábitos más arraigados: contemplar la puesta de sol.
Un jueves por la tarde, sobre las 16 horas, nos dirigimos a BRUMA Café & Cocktails en Marina Vallarta. Este acogedor lugar es el punto de encuentro para las excursiones de la empresa. Mientras esperábamos a todos los asistentes, la tripulación nos ofreció una primera copa de cortesía: una refrescante Margarita. Mientras sorbíamos, empezamos a socializar y a conocer un poco a quienes nos acompañarían a bordo. Max y yo conectamos rápidamente con una pareja gay de Florida que visitaba el puerto durante una semana. Nuestro anfitrión, Philip (al que le gusta que le llamen Felipe), nos hizo sentir bienvenidos con su cálido trato.
Poco antes de las 5 de la tarde, partimos hacia el muelle donde nos esperaban el capitán y la tripulación del barco. Escándalo es una embarcación de 48 pies con zonas de estar exteriores e interiores, ideal para un máximo de doce personas.
Poco después, estábamos en marcha. El yate inició su travesía para salir del puerto deportivo y, al acercarnos a la sección de cruceros, nos sorprendió una visión inusual: tres inmensos cruceros «Princess» estaban atracados en Puerto Mágico, y tuvimos que detenernos unos minutos cuando uno de ellos estaba a punto de abandonar la bahía. Fue todo un espectáculo presenciar su tamaño, su movimiento para abandonar la terminal marítima y los procedimientos oficiales de salida, que Felipe nos explicó con todo detalle. Posteriormente, abandonamos esta zona para navegar por las aguas de la bahía en todo su esplendor.
La amable tripulación de Vallarta Yacht Rentals nos ofreció más bebidas y una tabla de embutidos que deleitó nuestro paladar mientras charlábamos. A lo largo del viaje se ofrecieron otros deliciosos aperitivos, como dumplings de res, brochetas, rollitos primavera y galletas saladas con quesos, acompañadas de mermeladas y salsas.
Mientras recorríamos la ruta hacia el Parque Nacional de Los Arcos de Mismaloya, vislumbramos delfines saltando, la ciudad iluminada por el suave sol de la tarde y presenciamos una puesta de sol orientada hacia el sur de la bahía y acompañada de grandes nubes. Todas las puestas de sol son especiales en la bahía, pero ésta nos pareció realmente única. Poco antes de que el sol se sumergiera en el horizonte, nos tomamos un momento para hacer fotos individuales y de grupo. Sin duda queríamos inmortalizar este momento.
El ambiente del crucero era muy relajado, acompañado de una música agradable que iba desde los clásicos de la música disco de los 80 hasta los éxitos pop actuales, todo ello tocado a un volumen moderado para no interrumpir la conversación.
Al llegar a Mismaloya, pudimos apreciar los pájaros sobrevolando el parque nacional tras la puesta de sol: incontables ejemplares emitiendo sus característicos cantos. Un festín de la naturaleza que merece la pena apreciar al menos una vez.
Tras otra ronda de fotos con estas espectaculares rocas como telón de fondo, iniciamos el viaje de regreso a una velocidad moderada, lo que nos permitió apreciar el horizonte iluminado de la ciudad al caer la noche.
Al llegar de vuelta a puerto sobre las 8 de la tarde, nos despedimos de Felipe y su tripulación, ofreciéndoles una propina por una experiencia y un trato tan especiales. Como era Jueves de Mercado, nos quedamos un poco más para disfrutar del ambiente y admirar la artesanía, las piezas de arte y la comida que ofrecían los productores locales.
Para más información sobre Vallarta Yacht Rentals, visite su página web: https://vallartayachtrentals.com.
Fotos y vídeo de Max Buendía y Christian Velasco.
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